El testamento vital, ese gran desconocido que nos permite decidir cómo ser atendidos llegados nuestros últimos días, está reconocido legalmente en España desde el 2002.
El testamento vital fue reconocido por ley en España el año 2002, con la publicación de la Ley 41/2002 de 14 de noviembre. Un documento que permite, a cualquier persona, manifestar por escrito cómo quiere ser atendida ante una enfermedad o accidente en caso de que, llegado el momento, no estuviera en capacidad de indicarlo por sus propios medios.
¿Qué decisiones contempla el testamento vital?
El documento del testamento vital, pues, nos permite anticiparnos al momento final, dándonos la capacidad de elegir sobre los siguientes aspectos:
- Cuáles son nuestros objetivos vitales y valores personales ante los últimos momentos de vida u otras situaciones en que se diera una incapacidad física o psíquica.
- Cuáles son las instrucciones y cuáles los límites sobre tratamientos y atenciones médicas que queremos recibir.
- Quién o quiénes serán las personas representantes ante una incapacidad.
- Cuáles son nuestras voluntades en referencia a la persona tras el fallecimiento (donación de órganos, entierro o incineración, etc.).
4 motivos por los que redactar un testamento vital según personas que conocen bien este documento
En las últimas cifras publicadas por el Registro Nacional de Instrucciones Previas, de 2016, se indicaba que menos de 1% de los españoles habían recurrido a este documento. Un porcentaje que representa a cerca de 200.000 personas en nuestro país. Estos son solo algunos de sus motivos para acogerse a este derecho:
- Es una forma de tomar las decisiones cuando podemos hacerlo, no esperar a que sea demasiado tarde. Carmen Aguelo registró su testamento en 2014. Para ella lo que asusta no es la muerte, si no el sufrimiento. Entendió, en su momento, que el testamento vital le permitiría evitar este sufrimiento en sus últimos días.
- Permite descargar de decisiones a las familias y aporta seguridad ética y jurídica, disminuyendo el riesgo de decisiones erróneas. Para Josep Arimany, doctor especialista en Medicina Legal y Forense, el documento permite liberar a las familias del peso de tomar decisiones complicadas en los últimos días de vida de un ser querido.
- Facilita a los médicos y profesionales de la salud la toma de decisiones respetuosas con sus voluntades. El mismo Arimany entiende el testamento vital como una forma de ayudar al equipo médico a hacer bien su trabajo, con la tranquilidad de saber que se está tratando a cada persona según sus valores y voluntades.
- Ayuda a pensar en la muerte, a afrontar aquello que nos asusta de nuestros últimos días. K. Martínez, en su trabajo “Reflexiones sobre el testamento vital”, habla del testamento vital como una herramienta que nos lleva a pensar en la enfermedad y en la muerte y a poner en palabras los deseos personales sobre estas situaciones con el médico y con nuestros seres queridos. Una oportunidad que, para ser realmente valiosa, bajo su punto de vista, debería acompañarse de una valoración médica de cada caso concreto.
3 motivos por los que menos de un 1% de la población ha firmado su testamento vital
A pesar de todas las ventajas que supone la posibilidad de contar con un testamento vital, como veíamos más arriba, hoy menos de un 1% de la población cuenta con un testamento vital. ¿Por qué? Estos son los motivos según algunos expertos:
- No estamos preparados, culturalmente, para hacer frente a la muerte. Ana María Marcos del Canto, profesora de Filosofía del Derecho de la UNED, explica que el final de nuestros días es aún un tema tabú entre las conversaciones de los españoles. Esto impide que iniciativas como la del testamento vital tengan una acogida más amplia.
- Falta de comunicación y campañas públicas. Manuel García, que ha sido director de comunicación de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, defiende que, sin difusión de esta nueva posibilidad, es muy difícil que la población conozca y se acoja a este derecho.
- Falta de homogeneidad en las diferentes comunidades autónomas. Este documento recibe un nombre diferente en cada comunidad y es cada una de ellas quien decide de qué forma un ciudadano debe solicitar y formalizar este testamento. Esto genera dudas y confusión y dificulta el éxito de este documento.
El testamento vital representa, pues, el derecho de todos y cada uno de los españoles a decidir sobre sus últimos días. Un derecho en cuya defensa aún tenemos mucho trabajo por hacer.
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